«Los cánones de BELLEZA son profundamente racistas» Esther Pineda


♦ “Bellas para morir” es el nuevo libro de la socióloga, Esther Pineda G. en el que analiza como los estereotipos de belleza se traducen en violencia estética contra la mujer.

Desde febrero del 2021 está disponible en todas las librerías de Argentina y de España el nuevo libro de  la Socióloga, Magister en Estudios de la mujer, Doctora y Postdoctora en Ciencias Sociales, “Bellas para morir. Estereotipos de género y violencia estética contra la mujer” publicado por la Editorial Prometeo Libros.

En “Bellas para morir” se hace un recorrido histórico y sociológico acerca de cómo se producen y funcionan los cánones de belleza, analizando la relación de estos con la afectación de la autoimagen. Siempre que se ha hablado de violencia contra la mujer se las clasifica, entre otras, como: violencia física, verbal, económica y psicológica, ejercida fundamentalmente por el hombre, también se incluyen dentro de estas denominaciones los ámbitos en donde se producen, pero se deja de lado el abordaje de la violencia estética, sus mecanismos y consecuencias, eje que la autora estudia a profundidad desde una perspectiva anti-racista, anti-sexista y anti-gordofóbica.

Esther Pineda G. manifiesta que la modernidad ha necesitado del proceso de fragmentación del cuerpo, que es concebido como partes, modificables, intercambiables e intervenibles, en ese orden de ideas observamos que la subvaloración del cuerpo es promovida y establecida desde los medios de comunicación y se consolida a través de la industria que mercantiliza, uniforma, adoctrina y naturaliza los procesos de racionalización que establece el culto al cuerpo.

–¿Qué te motivo a escribir sobre esta problemática en particular?

La presión y violencia que se ejerce contra las mujeres porque no responden a los estereotipos de belleza, para que se acerquen al canon, o para que mantengan la imagen estereotípica si ya la poseen, siempre me ha preocupado y la vengo abordando desde hace casi una década. Me motivó a escribir sobre ello en primer lugar el hecho de que fue una de las primeras formas de violencia que viví desde niña, el bullying racista porque mis facciones, mi piel y mi cabello no respondían a los estereotipos de belleza (forma de violencia que recibimos la mayoría de las niñas y mujeres negras a lo largo de toda nuestra vida), en segundo lugar me motivó a escribir sobre esto el hecho de que veía y escuchaba a todas mis compañeras de estudio y de trabajo, conocidas y amigas sentirse inconformes e inseguras con su imagen, con sus cuerpos, decir que sin maquillaje se veían feas, insistir en que necesitaban realizarse alguna operación estética; y finalmente me llevó a escribir sobre esta problemática que durante una época escuchaba y leía casi a diario en la televisión y la prensa casos de mujeres que habían muerto por complicaciones durante o posterior a la realización de cirugías estéticas como la colocación de implantes de senos o la liposucción, y otras que morían por inyección de biopolímeros, aceite de automóvil, silicona y otros productos no aptos para el uso médico.

-¿Cómo definirías a la sociedad patriarcal?, ¿Cuáles son sus características?

Una sociedad patriarcal es aquella en la cual los hombres detentan los grandes poderes, el poder económico, político, bélico, científico, académico y mediático, de este modo son los hombres quienes toman las grandes decisiones que afectan e involucran a la mayoría de la población de una sociedad, al mismo tiempo que les permite construir las grandes ideologías y narrativas que direccionan el ser y quehacer de las personas; en la cual por supuesto las más afectadas han sido y continúan siendo las mujeres porque nunca han detentado mayoritaria ni masivamente estos poderes.

Esta dominación patriarcal se ejerce a través de la limitación de las mujeres a los espacios de decisión, a los recursos económicos y al conocimiento, pero principalmente se ejerce a través de la violencia, la cual puede ser directa o indirecta, explícita o implícita, de carácter simbólico, mediático, patrimonial, físico, psicológico, sexual, y que ante el cuestionamiento o transgresión de ese poder patriarcal cobra prácticas letales como el femicidio.

–La mujer negra fue ridiculizada y sexualizada por sus curvas prominentes, sin embargo, hoy muchas mujeres recurren a la cirugía estética para lograr tener un cuerpo curvilíneo, ¿Por qué crees que se da este fenómeno?

Por un lado la imagen y corporalidad de la mujer negra fue utilizada para ridiculizarla y convertirla en un estereotipo, pero al mismo tiempo su imagen y corporalidad fue hipersexualizada y sexualmente deseada por los hombres; esto favoreció que la voluptuosidad, las curvas, los grandes senos y glúteos fueran incluidos en el canon de belleza y representados en la figura de la mujer fatal o las pin-ups (chicas de calendario), proporciones que al ser difundidas masivamente terminaron por instalarse en el imaginario colectivo y que en la actualidad son exigidas a las mujeres y reproducidas por estas.

–En la actualidad hay movimientos que promueven «la aceptación», uno de ellos es el movimiento curve (CURVY), al que por lo general se los imputa de promover la obesidad, ¿A qué se debe esto?

Esto responde al hecho de que nuestras sociedades son profundamente gordofóficas, cualquier corporalidad que no responda al mandato de la delgadez se encuentra fuera del canon de belleza, la diversidad de proporciones y talles son negadas, descalificadas e irreconocidas, y por tanto se desestima, descalifica y señala a los movimientos curvy y el activismo gordo de promover la obesidad para silenciarlos y desmovilizarlos.

–Las cirugías estéticas son cada vez más comunes entre los hombres, ¿cuál es su reflexión al respecto?

Se han hecho más comunes pero siguen sin ser masivas, las modificaciones estéticas en continúan estando reservadas a los hombres del ámbito artístico o de la moda para responder a las expectativas de belleza de la industria, sin embargo, la belleza en los hombres no es una exigencia social, no son bombardeados por los medios de comunicación para modificar su imagen, y a las mujeres desde la infancia se les ha socializado para aceptar a los hombres no importa cuál sea su apariencia física, narrativa que va desde la bella y la bestia, Shrek, las comedias románticas y las telenovelas.

–Las redes sociales, los medios analógicos-digitales, el cine, la publicidad y demás agentes socializadores relacionan la belleza y sensualidad con el éxito en las mujeres, es por esto que Onlyfans es igual de exitosa que Instagram, ¿consideras que este tipo de comercialización de la imagen potencia el poder del hombre sobre el cuerpo de la mujer, o este tipo de negociación le da libertad económica a la misma?

Only fans es una plataforma en la que se promueve la cosificación y explotación sexual digital de las mujeres, y que contribuye a alimentar la idea de que las mujeres son objetos a los que se les puede poner un precio, y cuyo cuerpo o imagen de su cuerpo se puede comercializar para ser consumidas por los hombres. Hombres que gracias a su poder y privilegio patriarcal son quienes poseen los recursos económicos que las mujeres no poseen, precariedad histórica y violencia patrimonial que lleva a las mujeres a este tipo de plataformas y situaciones no deseadas en busca de recursos para la sobrevivencia.

-¿Por qué los estereotipos de belleza son predominantemente racistas?

El canon de belleza es racista porque desde sus orígenes se ha constituido a partir de la blanquitud. Todos los cánones de belleza que hasta ahora han existido -el canon de belleza europeo mantenido por diecinueve siglos y el canon de belleza norteamericano mantenido en los dos últimos siglos- han reconocido de forma exclusiva como depositarias de belleza solo a las mujeres blancas, ahora, ¿basta solamente ser blanca para ser considerada bella? No, pero para ser considerada bella una mujer debe ser blanca. En este contexto las mujeres negras, indígenas, asiáticas y árabes han estado invisibilizadas en el canon de belleza; su piel, su cabello y sus facciones han sido convertidas en objeto de burla, discriminación, exclusión y violencia.

» Por Melina Schweizer / afrofeminas.com »