La deshumanización de las mujeres: «banners con piernas» | La cosificación de las marcas

No queremos más «banners con piernas»
Reflexiones de una ex «anfitriona» sobre el rol de las empresas para crear espacios más equitativos y libres de violencia contra la mujer.

Cuando la organización de Perumin prohibió la contratación de “anfitrionas” durante el evento, yo sentí que las mujeres habíamos ganado una batalla.

Escribí “anfitrionas” pues me refiero al rol de banner con piernas que asumen, o hemos asumido alguna vez, muchas mujeres porque chamba es chamba y si hay demanda, habrá oferta.

Si alguien no encontró el problema en promover la contratación de “anfitrionas”, este rol supone actividades como:

  • Estar de pie, en la mayoría de los casos, en zapatos y ropa súper incómodos durante horas, sonriendo y, hasta siendo el blanco de agresiones verbales.
  • Servir para “jalar” a los caballeros a mi stand o módulo como si los hombres fuesen “animalitos” a los que hay que ponerles una “carnada”, como si mi producto o servicio no fuese lo suficientemente bueno para resultar interesante para las personas y; más grave aún, como si las mujeres fuésemos dicha “carnada”.

Dicho esto, si alguna empresa o sector pretende comprometerse con la equidad e igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, aquí hay un punto de partida como problemática cuya solución es casi inmediata.

Sigo de cerca el trabajo que realizan empresas de industrias, tradicionalmente masculinas, como el sector automotriz que vienen haciendo algunos esfuerzos y empiezan a vestir a sus anfitrionas con ropa, en vez de “tatuajes de nylon”. Sin embargo, creo que podemos atrevernos a más. Les dejo algunos tips para ser parte de esa evolución que queremos ver en el respeto a las personas en esta industria del anfitrionaje.

Un nuevo anfitrionaje donde las personas:

  1. Sean hombres, mujeres, personas que no binarias, personas trans, personas con alguna discapacidad (dependiendo de los ajustes razonables del espacio de trabajo). Que, de alguna manera, se refleje la diversidad de personas que existen en nuestro entorno y que además forman parte del universo de nuestros clientes o usuarios.
  2. Que se les vista con ropa cómoda que tenga relación con la empresa, sector, marca, producto o servicio. Por ejemplo, para el sector automotriz, podrían diseñar algo parecido a los mamelucos del servicio técnico. Promart hace algo que me encanta y es que todos sus representantes de todos los rangos, en eventos de representación, usan el mandil de atención al cliente.
  3. Reciban capacitación de la marca, producto o servicio que van a impulsar o promover. Así, aprovechamos la presencia de la persona con todas sus habilidades y valores, además de la presencia de la marca que lleve en la ropa.

Si hasta aquí están pensando que hay mujeres a las que nos gusta vestir con ropa muy pegada, corta y tacones. Les diré que sí y que yo soy un de ellas (hasta bailo en tacones). Pero me gusta hacerlo cuando yo quiera, el tiempo que yo desee y en el entorno en el que yo me sienta cómoda.

Si hasta aquí, además, alguien se quedó estacionado mentalmente en aquello de contratar a personas no binarias, trans o gays; ¡despierte ya! que era otro el objetivo de la publicación. Ya abordaremos fobias y demás taras, en otra ocasión.

Rosa Bonilla / MercadoNegro.pe
Docente y columnista por pasión; conferencista por hobbiePeriodista por formación y oficio. Neuromarketera por capricho, jefa por designación y líder por vocación.




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