José Quisocala Condori: el niño arequipeño que dirige su propio banco


— José Adolfo Quisocala Condori, natural de Arequipa, es la prueba de que solo aquellas personas que creen en su idea de negocio y que, están dispuestas a arriesgar, son capaces de lograr su sueño. Actualmente tiene 13 años, dirige su propio banco y cuenta con más de 2 mil clientes, todos ellos niños y adolescentes, entre 10 y 18 años.

Siempre debe existir una motivación y en el caso de José Quisocala, se originó cuando observó a sus compañeros gastar todo su dinero en golosinas y figuritas. Fue en ese momento cuando empezó a pensar sobre la importancia del ahorro. De ahí nació la idea de crear un sistema financiero que brinde la posibilidad de fomentar la cultura del reciclaje y ahorrar al mismo tiempo.

“Al inicio, mis profesores pensaban que estaba loco o que un niño no podía emprender este tipo de proyectos. No entendían que nosotros no somos el futuro del país, sino su presente.”, contó José Adolfo. Aunque tuvo que soportar las bromas y el bullying de muchos de sus compañeros, así como los comentarios negativos de algunos profesores, pudo contar con el apoyo del director y de la auxiliar de su aula para seguir con su idea.

Una idea brillante: el Banco del Estudiante Bartselana

Brillantez y simpleza, son los dos conceptos que definen su negocio. Recolecta residuos sólidos de sus clientes y luego los vende a una papelera, donde se transforma en papel higiénico. Todo el dinero recaudado de las ventas se va a su cuenta y solo él puede utilizarlo una vez cumpla su meta de ahorro. El retiro del efectivo solo lo puede realizar él, sus padres no tienen acceso a esa cuenta.

Al inició comenzó con tan solo 20 niños afiliados, pero su negocio creció rápidamente, y hoy en día, cuenta con más de 2 mil clientes. Sus clientes, los niños, cuentan con una tarjeta de ahorro como en los bancos tradicionales y con ella pueden hacer retiros en cajeros automáticos, pagos en establecimientos comerciales, compras online, transferencias de dinero y pago de servicios a través de la aplicación.

Gracias a su emprendimiento, hoy los niños conocen la importancia del ahorro y fomenta una cultura sostenible del medio ambiente y de los recursos naturales de su natal Arequipa. Con mucho deseo de crecimiento, José Quisocala, espera continuar con su negocio y poder transmitir su mensaje a todos los niños del país.

Hace unos años, cerró una alianza estratégica con un conocido banco, sin embargo, la experiencia no resultó como esperaba y prefirió seguir por su cuenta.

Sus clientes cuentan con una tarjeta de ahorro y con ella pueden hacer retiros en cajeros automáticos, pagos en establecimientos comerciales, compras online, transferencias y más.

Sus clientes cuentan con una tarjeta de ahorro y con ella pueden hacer retiros en cajeros automáticos, pagos en establecimientos comerciales, compras online, transferencias y más.

Una nueva oportunidad de crecimiento

José Quisocala tiene ahora una nueva oportunidad. En estos días está por tener una reunión con ejecutivos del Banco de la Nación para conversar sobre la posibilidad de expandir su negocio a todo el Perú.

“No me intimida reunirme con ejecutivos de bancos para hablar de negocios. Me siento más cómodo con gente adulta porque entienden los proyectos que les estoy planteando”, comenta con mucha naturalidad.

Reconocimiento internacional

Hace unos días, José Adolfo Quisocala fue convocado para aparecer en un documental sobre niños emprendedores del mundo en una cadena de televisión francesa. Es casi imposible que pueda contener tanta felicidad este niño de tan solo 13 años, al saber que es, además, el único peruano convocado.

Será parte de un proyecto internacional que reunirá a niños con su misma inquietud y anhelos y eso lo motiva a seguir luchando por sus sueños. “No es necesario tener una banda [presidencial] para hacer un cambio en la sociedad”.

Él tiene bien en claro el sacrificio que supone ser líder de una empresa que busca cambiar la mentalidad de los peruanos y ser, además, un emprendedor tan joven, en un mercado tan competitivo y desafiante como el nuestro. {rpp}