Una larga travesía en las alturas de Pichirhua, Provincia de Abancay #GeoYachaq


• Junto a jóvenes ambientalistas he sido testigo de una larga travesía en las alturas de Pichirhua, Provincia de Abancay – Apurímac, entre los 3000 a 4000 msnm., en medio de lloviznas y granizadas, el frío intenso y los vientos cortantes, por la crecida de un riachuelo nos quedamos varados, guarecidos en una pequeña cueva, con pocas provisiones, la ropa mojada, sin señal de teléfono, resistiendo el frío con una débil fogata, hasta que a la una de la madrugada fuimos auxiliados por un grupo de líderes comunales.

GeoYachaq, es una organización conformada por jóvenes profesionales de diferentes especialidades, que han logrado en talleres presenciales y asambleas comunales, la licencia social de la comunidad de Pichirhua para realiza estudios e impulsar el Proyecto de Conservación de la Subcuenca del Río Pichirhua.

El objetivo es, conservar los ecosistemas altoandinos de la comunidad campesina de Pichirhua bajo la modalidad de Área de Conservación Comunal, administrada por la misma comunidad, instrumento legal que les permitirá en el futuro proteger la biodiversidad y los recursos hídricos, desarrollar la agricultura y la ganadería sostenible, promover el ecoturismo y los biocomercios, entre otras actividades.

Inicio de la travesía

Partimos de Abancay en un colectivo de ruta, a las tres de la mañana rumbo a Cavira jurisdicción de la Provincia de Andahuaylas, de donde partimos en la camioneta de don Jacinto por una trocha carrozable hasta un lugar cercano de la frontera con Pichirhua; pero, a unos 20 minutos de recorrido el vehículo se plantó en un riachuelo, logramos sacar la camioneta en casi dos horas con mucho esfuerzo y sacrificio.

Bordeando las 10 de la mañana, iniciamos la travesía rumbo a nuestro destino, después de tres horas de caminata cuesta arriba divisando hermosos parajes, pampas, pajonales, riachuelos y lagunas que pertenecen al territorio de Cavira, al fin, llegamos al Abra o Apacheta, en este lugar encontramos varias Saywas construidas a base de piedras, aquí debió esperarnos don Gabino, guía que contratamos, pero él decidió retornar a la comunidad de Pichirhua por nuestra demora.

El ritual de permiso a la Pachamama

En estas alturas sobre los 4 mil metros de altitud, para realizar cualquier trabajo o recorrer sus parajes, siempre es necesario realizar una ceremonia ritual de permiso y agradecimiento a la Mamapacha y los Apus tutelares, para que nos proteja de los riesgos y peligros, para que nos considere como sus hijos e hijas que tienen buenas y sanas intenciones.

Luego del ritual, los jóvenes profesionales iniciaron el recorrido de la cabecera de la subcuenca del río Pichirhua y utilizando un Dron registraron las lagunas, bofedales, manantes y riachuelos, imágenes que servirá para plantear el proyecto de conservación de la biodiversidad y los recursos hídricos.

Wayllachayuq, el bofedal más grande

A unos 3500 metros de altitud se encuentra el bofedal más grande de la comunidad de Pichirhua denominado Wayllachayuq, reserva importante de agua ubicada en la cabecera del río Pichirhua, este bofedal en tiempos de lluvia se alimentan de la laguna León Warkuna y del Hanpatu Qocha, de cientos de puquiales y pequeños riachuelos que bajan de las laderas.

“Tarpaya” árbol típico y representativo de la comunidad

En la otra vertiente muy cerca a los bofedales de Wayllachayuq, encontramos una de las plantas nativas típicas de la zona conocida como “Tarpaya” que está en proceso de extinción, en estos mismos parajes hacia las alturas de Tarpaya existen varias lagunas rodeadas de plantas de Qiwña, totorales y varias especies de fauna y flora de donde sale otro riachuelo que alimenta el río Pichirhua.

Varados en el camino por la crecida de un riachuelo

De retorno sobre los 3500 msnm. aproximadamente, luego de cruzar el riachuelo de Tarpaya, casi ya oscureciendo nos quedamos varados porque el riachuelo de Rumi Chaka había aumentado su caudal, luego de buscar algún baden en la oscuridad con algunas linternas por donde pasar el riachuelo y después de analizar la situación de alto riesgo decidimos quedarnos en el lugar guareciéndonos en una pequeña cueva, sin señal de teléfono, con la ropa mojada bajo la garúa y el frío cortante de la noche.

Comprendimos que era de suma urgencia comunicar a los líderes de Pichirhua nuestra ubicación y en qué situación nos encontrábamos, así que un grupo salimos hacia la ladera cuesta arriba para buscar una señal de teléfono, sólo así nos comunicamos con las autoridades quienes nos aseguraron que venían cuanto antes a auxiliarnos.

El rescate

Pasado la media noche el frío es insoportable, todos acurrucados debajo de esa piedra gigante con la sensación de que nos aplastaría, con los pies casi congelados al borde de la hipotermia, logramos con gran esfuerzo encender una pequeña fogata con algunos papeles, trapos y tápers para calentar los pies y así aguantar todo lo posible hasta que llegue el equipo de rescatistas, en esos momentos se trataba sólo de sobrevivir y que no cunda la desesperación.

Bordeando la una de la madrugada, las chicas al escuchar las voces de los primeros rescatistas gritaban en medio de la oscuridad desesperadas y de inmensa alegría casi al borde del llanto, solo en contados minutos llegó el primer rescatista trayéndonos ropa seca para cambiarnos y animándonos a cruzar el riachuelo de inmediato porque seguía aumentando su caudal.

Luego de cuatro horas de caminata cuesta arriba habían llegado para ayudarnos cuatro líderes comunales entre ellos Basilio Rojas, José Chacón, Arthur y Yonel Montes, los tres últimos se pararon en medio de la fuerte correntada, para que podamos cruzar con mucho cuidado luego de asegurar que pase a la otra orilla todas nuestras mochilas y equipos de grabación.

En el trayecto de regreso llegó más ayuda

Don Gabino nuestro guía que habíamos contratado al enterarse que estábamos varados en las alturas de Pichirhua, inmediatamente partió a nuestro encuentro trayéndonos mate caliente y ropa seca que nos animó a seguir caminando de bajada con más animo y fuerza.

Unos kilómetros más abajo don Santiago Rojas y Liborio Velazque, de igual forma nos dieron el alcance con bebida caliente y cañazo para calentar el cuerpo, así el trayecto en la oscuridad con una cuantas linternas y el camino lleno de huecos y muy resbaladizo por las lluvias constantes se hizo largo y cansado.

Cerca de las cinco de la mañana llegamos a Layanpata donde doña Marisol Rojas en su casa junto con su hermana Chavela y la vecina Isabel habían preparado un rico caldo para toda la comitiva y más abajo en Barropata la Ingeniero Marleni Núñez a nombre del Municipio nos hicieron esperar un rico desayuno.

Así ha querido que sea, nuestra Madre Tierra “Pachamama”

Bordeando las seis de la mañana llegamos al pueblo, cansados, sin dormir una pestaña luego de caminar durante un día y una noche entera por las alturas de Pichirhua, solo podemos decir que así ha querido que sea los Apus y nuestra Madre Tierra y nos marque para siempre como sus hijos que defienden su territorio y su biodiversidad.

Glendy, Yumira, Jhoselin, José Antonio, Sharmely y Witman, valientes jóvenes y sobrevivientes de esta travesía, agradecieron a los Pichirhuinos por su solidaridad y la calidez humana que les caracteriza e indicaron que el proyecto se hará realidad con el apoyo de las autoridades y el pueblo. “Que así sea, por el futuro de nuestros hijos y nietos. ¡Yakunchik rayku, llankarisunchik!”, manifestaron entusiasmados los líderes comunales.

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Wilman Caichihua Robles
Wilman Caichihua Robles
(Kunturcha)
Abancay / Apurimac