¡¡Se llama TILDE, no acento!!


→ Hace tres años publicamos una historia que me gustó especialmente: los beisbolistas latinoamericanos en las Grandes Ligas querían que su nombre estuviera bien escrito en sus camisetas e iniciaron la campaña #PonleAcento. La publicamos muy orgullosos, convencidos de que su campaña era una muestra del amor por el español. Pero la mayoría de los comentarios que recibimos solo decían que estábamos equivocados: que acento-no-es-lo-mismo-que-tilde, que todas-las-palabras-tienen-acento-pero-solo-algunas-tienen-tilde.

Sin duda, las frases que nos repiten en la escuela primaria pesan mucho más que la voluntad de investigar, que fue lo que hice entonces.

Resulta que la tilde (sí, desde la edición de 1925 del Diccionario de la Real Academia Española se registra un uso mayoritario como sustantivo femenino) puede llamarse acento. Consulté con la Fundación del Español Urgente y con el Departamento de Consultas Lingüísticas de la Real Academia Española si es correcto decir que tal palabra lleva acento; esta última contestó: “Son igualmente válidos, con ese sentido, los términos acento y tilde”.

¿Por qué? Porque resulta que la tercera acepción de “acento” es: “Signo ortográfico español consistente en una rayita oblicua que baja de derecha a izquierda (´), y que, siguiendo unas reglas, se escribe sobre determinadas vocales de sílabas con acento”. Y que en estos casos se usa también la palabra “tilde” (que se denomina, asimismo, como acento).

Incluso hay registros en el Corpus Diacrónico y Diatópico del Español de América de que desde 1811 en Uruguay, en la Gazeta de Montevideo, se usaba “acento” como la marca ortográfica que se pone sobre una vocal o una ene para formar la eñe. Así que, lamentamos venir a derribar esta creencia de la infancia que es más poderosa que Papá Noel, pero tilde y acento pueden utilizarse como sinónimos. (Gracias a nuestra lectora María José H. por proponer este tema).

Por Paulina Chavira