→ La propuesta de construcción de un puente peatonal para cruzar la quebrada de Armendáriz es una gran noticia. Las vías existentes han sido diseñadas para los autos, estimulando la velocidad y flujos, y no pensando en las personas.
Hace unos días se difundió en redes la propuesta de la Municipalidad Distrital de Miraflores de un puente para conectar, peatonalmente, el malecón de su distrito con el de Barranco. La propuesta no es nueva, pues desde hace décadas se han presentado diferentes proyectos para conectar ambos paseos, incluso alguno que involucraba la construcción de un hotel como soporte del puente. Analicemos la propuesta actual y planteemos los aspectos que no deberían ser dejados de lado para su concreción.
Primero es importante mencionar que la propuesta de construcción de un puente peatonal para cruzar la quebrada de Armendáriz es una gran noticia. Hoy los peatones debemos recorrer un largo y peligroso camino para poder pasar del malecón de Miraflores al de Barranco. Las vías existentes han sido diseñadas para los autos, estimulando la velocidad y flujos, y no pensando en las personas. Como consecuencia, tenemos veredas muy angostas, sin protección, con cruces inseguros e inaccesibles, en suma, haciendo de ese trayecto una riesgosa aventura. Menos viable aún es intentar cruzar bajando por la quebrada, pues no existe un paso peatonal seguro que una ambas laderas; la única forma es bajar mediante estrechas y peligrosas escaleras.
Segundo, el proyecto no debe quedarse solo en el puente. Debe ser una propuesta integral de mejoramiento de los espacios públicos del entorno, rediseñando las vías para aportar confort y seguridad a los peatones, y resolviendo los accesos a la quebrada de forma segura e inclusiva.
Tercero, sobre el diseño se deberían contemplar los siguientes aspectos:
Debería ser pensado desde dos escalas muy distintas, pero igual de importantes: la peatonal y la urbana, pues impactará tanto en la mejora de la accesibilidad como en el paisaje urbano de la ciudad.
Para la escala peatonal se debe contemplar que cruzar cerca de doscientos metros (casi dos cuadras, y cerca del doble del puente “Villena Rey”) puede ser una experiencia agobiante para algunas personas, por lo que el diseño debería contemplar un ancho generoso que permita caminar con comodidad y hacer pausas para descansar, alejando la percepción de estar cruzando el vacío, como sucede cuando usamos la recientemente inaugurada vía elevada del Circuito de Playas de la Costa Verde.
Es importante tomar en cuenta que, dada la longitud del puente, debería poder acceder una ambulancia o vehículo de seguridad ante una emergencia. Ello implica que se debe contemplar el ancho suficiente para el paso y la sobrecarga.
Para la escala urbana, se debe tomar en cuenta que este puente va a impactar en el paisaje de la ciudad, como sucede con el mencionado puente “Villena Rey”, el Centro Comercial “Larcomar” y otros hitos urbanos construidos en la Costa Verde. Por ende, su diseño debe ser pensado desde esta gran escala, buscando que su aporte sea positivo y ayude a neutralizar el impacto negativo generado por una vía elevada construida para el Circuito de Playas de la Costa Verde. En esta línea, el manejo de la iluminación debe ser pensado desde esta escala también, tomando en cuenta el impacto no sólo en la estética urbana, sino también en las aves y otras especies que aún conviven con nosotros.
No debemos olvidar que lo más maravilloso de este puente, además de permitir la conexión peatonal de ambos malecones, será la vista que se va a generar hacia la bahía de la Costa Verde. Hoy vemos cómo cientos de ciudadanos y turistas se agolpan en Larcomar para tomarse una foto con ese hermoso fondo. ¿Se imaginan lo que sería poder hacerlo sin la interrupción de ninguna edificación? La experiencia de cruzar va a ser lo más valioso de esta nueva oferta, y el diseño lo debe contemplar.
Por todo lo antes mencionado, la propuesta de paneles con imágenes alusivas a nuestro patrimonio cultural no tendría ningún sentido, pues perjudicaría la estética y el paisaje urbano de la ciudad. Se entiende que el sentido de las mismas debe ser generar una mayor atracción turística, pero no se está valorando en su verdadera magnitud el gran atractivo que este puente va a tener sólo por el hecho de conectar ambos malecones y por las maravillosas vistas que se van a generar. ¿Se imaginan el “Puente de los Suspiros” o el “Puente Villena Rey” con paneles?
Esperamos que esta propuesta pronto se convierta en un interesante proyecto, y que podamos disfrutar de la tan anhelada infraestructura en los próximos años.
— Aldo Facho Dede / arquitecto urbanista
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