La democracia es una aspiración compartida por mujeres y hombres. Falta alcanzar el equilibrio pleno en la representación política. Diálogo Político reflexiona sobre esto en el Día de la Democracia.
286 años. Según un informe de ONU Mujeres y el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DESA), es ese el tiempo necesario para que, al ritmo actual, las mujeres tengan los mismos derechos y protecciones legales que los hombres en el mundo. En cuanto a la representación parlamentaria, habría que esperar cuatro décadas para que esta sea equitativa.
Ante estas cifras alarmantes, cabe preguntarse cuál es el rol de la falta de paridad en la representación política en la actual crisis de legitimidad de la democracia en América Latina.
Democracia y equilibrio
En ámbito internacional, la Declaración de Atenas (1992) reconoció que la representatividad femenina en el sistema político no es solo un objetivo a ser perseguido por la democracia, sino que es condición sine qua non de esta. Se considera que, sin paridad, el sistema político es incapaz de responder a las necesidades de toda la ciudadanía. A nivel regional, el Consenso de Quito (2007) estableció la paridad como horizonte para las democracias latinoamericanas.
En esa clave, el ejercicio de la ciudadanía significa, más que el derecho político a elegirse, la efectivización del derecho de representación. Por último, aunque la paridad se centra en lograr la representación igualitaria de mujeres y hombres en las instituciones políticas, implica también erradicar los obstáculos estructurales y culturales que dificultan el acceso de las mujeres a la toma de decisiones.
Testimonios
Fabiola Chambi, Bolivia
Si bien el dato de que faltan casi tres siglos para que se pueda alcanzar la igualdad de derechos es escandaloso y real, sería una falacia decir que las mujeres están estancadas, porque sí hay un camino avanzado.
La pandemia, la guerra y las crisis han golpeado a todos, pero para las mujeres han significado un retroceso histórico que está lejos del entendimiento de las políticas gubernamentales.
Aún vivimos en un mundo de hombres. Hay incomodidad y rechazo cuando una mujer llega a un cargo jerárquico. Hay machismo disfrazado como bromas de socialización. Hay cuotas femeninas solo por llenar la lista. Hay desigualdad y se la mira con normalidad.
Hay caminos que cuestan más, y esos son por los que transitan las mujeres.
Adriana Amado, Argentina
Si la participación pública de mujeres y hombres dista de ser equitativa en las instituciones democráticas, tampoco lo es en el espacio público donde no hay barreras de género para participar.
Las plataformas digitales permiten que cualquier persona pueda hacer escuchar su voz con idénticas herramientas, sin importar su rango, género o edad. Y, aun así, la participación en redes sociales sigue siendo mayoritariamente masculina (54 %). Esa diferencia se agranda en las redes profesionales, donde las mujeres somos menos del 44 %, como YouTube, LinkedIn y Twitter. La preferencia femenina supera el 57 % en TikTok y en Instagram Shop, y es más del 76 % en Pinterest.
Tomar la voz ya no es una decisión de editores o contratantes, sino de animarnos a usar herramientas a nuestra disposición, como muchas otras que a diario llevan la mirada femenina a las cuestiones públicas y políticas.
Johanna Cilano Pelaez, México
Algunos desafíos de la representación política de las mujeres tienen que ver con la violencia política, la exclusión de derechos y la necesidad de avanzar a una representación sustantiva.
Especialmente en contexto autoritarios como el cubano, el diseño de un Parlamento paritario lo ubica muchas veces entre los países de la región con mayores logros de inclusión en el tema, cuando en realidad el poder del Parlamento es simbólico y las mujeres se encuentran excluidas del círculo del poder, mayormente masculino y militar. Además, la existencia de un partido único, una ideología oficial y la criminalización del activismo y las disidencias limitan el ejercicio de derechos a mujeres opositoras políticas o activistas de la sociedad civil.
Ruth Hidalgo, Ecuador
Para llegar al objetivo de la representación paritaria entre hombres y mujeres es indispensable promover ambientes habilitantes para la participación de las mujeres. Esto pasa necesariamente por normativas que obliguen a los partidos a contar con estructuras formales de promoción femenina, por la visión de los gobernantes en contar con mujeres y por una sociedad que entienda que la democracia mejora con más mujeres participando.
Kristin Langguth, Alemania
En primer lugar, debe haber un cambio cultural en la sociedad. En segundo lugar, la conciliación de la familia y el trabajo son especialmente importantes para hacer más compatible y eficaz el compromiso político para las mujeres. En tercer lugar, debe quedar claro que las democracias siguen siendo dirigidas por los partidos.
Por lo tanto, los partidos tienen la responsabilidad de diseñar las estructuras internas de manera que se garantice la participación de las mujeres.
Desde Diálogo Político continuaremos promoviendo el aporte de las mujeres y el debate sobre su participación en la política y en todas las instancias de la vida social.
[Lee también el libro Protagonistas. La política latinoamericana tiene rostro de mujer].
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