La nueva ley de Inteligencia Artificial impulsa la innovación tecnológica

En la clase de derecho de propiedad intelectual, surgió un interesante desafío sobre la titularidad originaria: ¿puede considerarse autor a la inteligencia artificial (IA)? Un caso emblemático dentro del campo del derecho de autor es la pintura titulada “The Next Rembrandt”, la cual fue creada mediante el uso de inteligencia artificial (IA). Esta obra es el resultado de analizar datos de toda la creación artística del famoso pintor del siglo XVII y fue materializada con tecnología 3D.

El 5 de julio de 2022, el gobierno peruano publicó oficialmente la Ley 31814, la cual establece el uso oficial de la inteligencia artificial (IA) con el objetivo de impulsar el desarrollo económico y social del país. Esta norma consta de seis artículos y una disposición complementaria final. La Autoridad Nacional encargada de dirigir, evaluar y supervisar el uso y promoción del desarrollo de la IA y tecnologías emergentes es la Presidencia del Consejo de Ministros, a través de la Secretaría de Gobierno y Transformación Digital. 

Se basaron los principios rectores para el desarrollo y uso de la inteligencia artificial, abarcando los siguientes aspectos: estándares de seguridad basados en riesgos, enfoque plural con la participación de diversos actores en el diseño de políticas públicas y regulación, gobernanza de internet principios fundamentada en normas y procedimientos que involucran al Estado, instituciones privadas y sociedad civil. Además, se promueve la sociedad digital y se fomenta el desarrollo ético y la privacidad en la gestión segura de datos. 

The Next Rembrandt jpeg
Pintura titulada “The Next Rembrandt”

La normativa mencionada aborda tanto el desarrollo como la utilización de la IA, lo cual hace relevante analizar cada una de estas variables de manera independiente. En cuanto al “desarrollo”, se refiere al proceso de crear y mejorar sistemas y algoritmos capaces de imitar ciertas capacidades humanas de inteligencia. Esto incluye la creación de máquinas y programas que pueden aprender de la experiencia y realizar tareas específicas, ya sean simples o altamente complejas. 

En cuanto a la “utilización” de la IA, esto implica el uso práctico y aplicado de sistemas y algoritmos para resolver problemas, optimizar procesos, tomar decisiones, automatizar tareas, entre otros propósitos. Si lo trasladamos al ámbito de una relación de consumo, encontramos al proveedor (quien crea, diseña y desarrolla la IA) y a su contraparte, el consumidor (quien utiliza y aplica la IA). 

Ventajas de Ley Inteligencia Artificial

 La ley en estudio tiene como objetivo fomentar el desarrollo y uso de la IA, lo que representa un interesante nicho de mercado para los desarrolladores y creativos de nuestro país. Se considera de interés nacional “promover el talento digital y aprovechar las tecnologías emergentes en beneficio del bienestar social y económico, así como para mejorar los servicios públicos, la educación, la salud, la justicia, la seguridad ciudadana, la seguridad digital, la economía, la inclusión, los programas sociales y la seguridad y defensa nacional” (art. 2). 

Entre los ejemplos de uso práctico de la IA, destaca el hecho de que en EE. UU., los propios congresistas la utilizan para consultar sus proyectos de ley. Además, el Gobierno británico está probando cámaras de IA que supervisan a los conductores para detectar el exceso de velocidad, infracciones en los semáforos, uso del teléfono móvil mientras conducen, falta de cinturón de seguridad o sobrepaso del número de pasajeros permitidos. 

 Por otra parte, empresas destacadas como Google/Amazon brindaron al gobierno de Israel, mediante el Proyecto Nimbus, un servicio en la nube para fortalecer el sistema de información de su ejército. La IA que ofrece es de vanguardia, con tecnología para reconocimiento facial, clasificación de imágenes y seguimiento de objetos. También evalúa el significado emocional de las imágenes, el habla y la escritura. 

Los casos anteriores muestran solo algunas de las diversas formas en que el Estado peruano puede aprovechar la IA. No obstante, también se puede emplear para hacer pronósticos sobre cómo corregir los indicadores negativos de la economía, como la inflación y las tasas de desempleo, así como para optimizar el gasto público. En el ámbito penal, la IA puede utilizarse para detectar y prevenir el fraude fiscal mediante la identificación de patrones sospechosos en las declaraciones de impuestos y las transacciones financieras. 

 En el ámbito de la administración de justicia, la IA podría abordar la sobrecarga procesal de los juzgados y establecer la predictibilidad basada en casos previamente resueltos. Mediante chatbots y asistentes virtuales, también podría ofrecer asesoramiento legal básico a personas que carecen de los recursos para contratar a un abogado, por ejemplo, en procesos de alimentos u otros casos del Derecho de Familia que se originan a poblaciones vulnerables. 

Desventajas de la Ley de Inteligencia Artificial

Sin embargo, junto a estas posibilidades, surgen inquietudes sobre el aspecto ético en el desarrollo y uso de la IA. Surgen preguntas como: 

  • ¿Se puede garantizar el respeto de la privacidad y la confidencialidad de los datos personales, así como el respeto de los derechos fundamentales mediante un reglamento, políticas públicas o directivas? 
  • ¿Es posible que los datos personales sean objeto de transacciones comerciales? 
  • ¿Hasta qué punto es viable regular o establecer un marco legal que limite el desarrollo y uso de la IA dentro del aparato estatal? 
  • ¿El uso de la IA en las comunicaciones afectará la libertad de expresión? 
  • Dado que la IA se alimenta de datos y algoritmos con los matices que los diseñadores les imparten, ¿cómo podemos asegurar su absoluta independencia, es decir, que están libres de cualquier influencia política o económica? 

Quizás los expertos respondan que “los beneficios superan los riesgos”. 

Este post es una colaboración de Lucy Díaz Plasencia,
docente de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la UPN.


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