🎯 He escuchado críticas hacia la literatura infantil clásica debido a la supuesta debilidad de sus personajes femeninos. Muchos piensan que las protagonistas fuertes en la LIJ sólo llegaron en el siglo XXI, pese que muchas de ellas son sólo versiones femeninas de personajes masculinos. Al escuchar estas críticas, me pregunto si es que quienes las hacen no conocen realmente la literatura infantil clásica.
Pienso en una Alicia quien se ve en un mundo desconocido y, aunque al principio se siente vulnerable, va ganando confianza en sí misma. Wendy, por otro lado, asume el papel de madre cuidando de sus hermanos, Peter Pan y los niños perdidos, demostrando fortaleza, inteligencia y cariño para protegerlos y acompañarlos en su crecimiento. Recordemos también a Dorita, que sale volando con un tornado y, tras un aterrizaje accidentado, enfrenta a un ser malvado junto a otros personajes que la fortalecen al reconocer en ella misma las cualidades que ellos creían que les faltaban.
Mínimamente, estos tres personajes femeninos no parecen débiles ni esperan ser rescatados por nadie, como algunos argumentan respecto a los personajes de la literatura infantil clásica. -Tengo opiniones sobre las críticas a los personajes femeninos de Perrault y los hermanos Grimm, pero eso es otro tema…-
En el siglo XX, Astrid Lindgren nos presenta Pippi Calzaslargas, una niña con gran fortaleza y fuerza física, esto último gran diferencia entre los tres personajes antes descritos y Pippi, y que creo que la autora utiliza para enfatizar su fuerza interior.
El problema que muchas veces veo en la crítica de los personajes femeninos clásicos es precisamente que no reconocen su fortaleza, quieren que salga a luchar como los estereotipos de un guerrero.
Ahora bien, ¿qué más tienen en común Alicia, Wendy, Dorita y Pippi?
Todas ellas están separadas de los adultos que las cuidaban: Alicia de su hermana, Wendy de sus padres, Dorita de sus tíos y Pippi de su padre. Como ya he mencionado al introducir otros artículos, en la literatura infantil de finales del siglo XIX y principios del XX, los adultos desempeñaban un papel secundario, ya que los niños deseaban liberarse de su presencia para sentirse más libres y capaces de crecer. Sin embargo, a medida que los protagonistas se enfrentan a la soledad, empiezan a extrañar la compañía adulta y sienten el peso de la responsabilidad que implica estar solos, lo cual, paradójicamente, los hace crecer y encontrar esa libertad, pero en su interior.
El siguiente artículo aborda a las heroínas de la literatura infantil, desde Pippi Calzaslargas hasta Matilda, centrándose en los dos puntos mencionados en esta introducción. Si bien Pippi ha sido vista como la primera y más inspiradora protagonista femenina fuerte de la LIJ, no debemos olvidarnos de los cimientos, que si bien son profundos por ser tan lejanos a nuestra época, también son sólidos.
Directora editorial de la división Akal Infantil y Juvenil
Los héroes definitivos de los libros para niños
¿Qué es lo que hace a un gran héroe o heroína en la literatura infantil?
Los libros de nuestra encuesta presentan personajes con súper fuerza y poderes mágicos, así como niños comunes que enfrentan desafíos extraordinarios. ¿Es el coraje, la resiliencia o la negativa a someterse a las normas convencionales lo que explica su popularidad entre los votantes? ¿Y los héroes y heroínas literarios clásicos resuenan con los niños de hoy de la misma manera que lo hicieron con la generación de sus padres, aquellos que votaron en nuestra encuesta de mayo de 2023 sobre los mejores libros para niños?
Pippi Calzaslargas, que irrumpió en escena en la década de 1940, fue influenciada en parte por otra heroína icónica: Ana de las Tejas Verdes. Ambos compartían cabello rojo y una propensión a contar cuentos. Pero Pippi también fue influenciada por Superman. En verdad, nunca había habido una heroína literaria como ella. Súper fuerte, se enfrentó a los matones, y súper inteligente, con frecuencia superó a los adultos irrazonables. No solo eso, sino que poseía una maleta llena de monedas de oro que significaba que estaba financieramente segura y podía vivir una vida libre de las limitaciones de una infancia convencional. Con razón los niños de todo el mundo la amaban y la aman. «Ella es alguien que se rebela contra las normas autoritarias. Se trata de cuestionar el mundo de los adultos», le dice a BBC Cultura Malin Nauwerck, del Instituto Sueco de Literatura Infantil.
Pippi Calzaslargas es inteligente, tiene una gran fuerza y se opone a la injusticia y a los adultos irrazonables (Crédito: Alamy)
Sin duda, el personaje de Pippi se formó durante la Segunda Guerra Mundial, durante la cual entró por primera vez en la imaginación de su creadora Astrid Lindgren (en una escena, de manera hilarante, supera a un hombre fuerte del circo llamado Adolf), pero también fue el producto de puntos de vista cambiantes sobre la infancia. En 1900, la filósofa sueca Ellen Key había publicado un libro muy influyente, El siglo del niño, en el que predecía que el siglo XX sería un período de pensamiento progresista en torno a los derechos del niño. Lindgren tomó «la idea de que los niños se estaban volviendo más competentes y empoderados y se los veía cada vez más como individuos en sí mismos, y lo empaquetó de una manera muy comprensible», dice Nauwerck. «Pippi ha sido llamada la niña del siglo en respuesta a esas ideas».
Quizás no sea sorprendente que Greta Thunberg, otra joven sueca que desafió la autoridad de los adultos, haya sido retratada como Pippi.
Pero si ella era una niña del siglo XX, ¿qué explica su perdurable popularidad en el siglo XXI? «Ella es casi un tropo mítico: David contra Goliat. Representa a los desvalidos, los niños, contra el opresor más fuerte, los adultos. Tiene estas cualidades simbólicas que la hacen muy reciclable», dice Nauwerck.
«La lectura contemporánea del símbolo de Pippi se ha convertido mucho en niñas fuertes y en cómo Pippi es un modelo a seguir para las niñas», dice Nauwerck. Quizás no sea sorprendente que Greta Thunberg, otra joven sueca que desafió la autoridad de los adultos y construyó un movimiento global en el proceso, haya sido retratada como Pippi .
Pippi está dirigida a los menores de 10 años, que aprecian el humor a menudo bufonesco de los cuentos (la tontería es quizás una cualidad subestimada de los héroes y heroínas literarios infantiles), pero los niños mayores, como era de esperar, necesitan personajes que reflejen sus propias vidas y preocupaciones.
En la biblioteca TioTretton en Estocolmo, que atiende a niños de 10 a 13 años, no se permite el ingreso de padres o cuidadores, lo que significa que los niños están libres de su influencia y pueden leer y hablar sobre las cosas que realmente les importan.
«En este momento vemos una mayor ansiedad sobre el futuro de nuestros niños en la biblioteca. Hay una gran preocupación por el medio ambiente, ¿habrá todavía un planeta para ellos cuando crezcan?» dice la coordinadora de la biblioteca, Amanda Stenberg.
Este grupo de edad también está aceptando «el hecho de que los adultos no siempre tienen la razón, ni son sabios, ni toman buenas decisiones, y eso es algo con lo que tienes que lidiar porque todavía tienen autoridad sobre ti aunque no tengan la razón». dice Stenberg.
La tranquila y divertida Charlotte y el valiente cerdo Wilbur en Charlotte’s Web tienen cualidades heroicas (Crédito: Alamy)
Como era de esperar, esto influye en el tipo de libros que quieren leer. «Todos los libros que son populares de alguna manera tienen un conflicto, ya sea contra la sociedad, los adultos, entre amigos o en una escuela», dice Stenberg. «Y luego está el valiente acto de enfrentarlo», agrega. Los niños quieren ver «personajes que no tengan miedo de denunciar las injusticias y que tengan el coraje de defender los derechos de los demás».
Esto, por supuesto, incluye personajes como Anne of Green Gables y Matilda, pero Stenberg cree que estos libros clásicos «deberían complementarse con libros más nuevos que puedan abordar con mayor precisión los temas de hoy».
Dice que pocos de los libros de la encuesta serían elegidos por los propios niños. Algo con lo que coincide Louis Lareau, bibliotecario gerente del Centro Infantil de la Biblioteca de la Fundación Stavros Niarchos en Nueva York. «Los niños (y los padres) ahora buscan activamente personajes que los reflejen a sí mismos: su cultura, herencia, idioma o apariencia física», le dice a BBC Cultura.
Según Marie Moser, propietaria de The Edinburgh Bookshop en Bruntsfield, un suburbio de Edimburgo, los títulos clásicos los compran padres o abuelos, quienes recuerdan con cariño las experiencias de lectura de su propia infancia. Lo que no quiere decir que los niños todavía no los disfruten. Sin embargo, cuando se les deja a su suerte, los niños elegirán libros que contengan personajes con los que puedan conectarse o identificarse, aunque esto no significa necesariamente que tengan que estar en un entorno contemporáneo.
«Algunos de ellos quieren ver niños como ellos mismos porque así es como se mueven, otros quieren fantasía porque les da demasiado miedo la vida real», le dice Moser a BBC Culture.
Atractivo universal
Harry Potter parece ser popular entre estos dos campos. «Se trata de los oprimidos que se levantan, que es un tema clásico, y las personas se comportan decentemente a pesar de que las personas que te rodean, los adultos, no se comportan decentemente», dice Moser al explicar el atractivo universal de la serie.
Tanto Harry como Hermione en la serie de Harry Potter han ganado seguidores por su valentía y decencia (Crédito: Alamy)
La tienda de Moser organiza eventos regulares de Harry Potter en los que siempre le resulta intrigante encontrar quién se disfraza de quién. Para la fiesta del 20 aniversario «tuvimos muchos Harry, porque él es el héroe, pero tuvimos un montón de Hermione. ¡Vaya, las niñas aman a Hermione! Porque es inteligente y no es femenina, y creo que se ven a sí mismas en Hermione es increíblemente empoderadora para muchas niñas», dice. Matilda es otra heroína perennemente popular. «Creo que a los niños siempre les gusta que los desvalidos se recuperen. Hay alegría en Matilda. Y es inteligente, como Hermione», dice Moser.
Hay algo en la vulnerabilidad de muchos personajes clásicos y modernos que hace que los apoyes – Kelly Hurt
Kelly Hurt, directora editorial de la editorial de libros infantiles Puffin, está de acuerdo en que «los niños a menudo se sienten muy atraídos por los desvalidos, personajes que tienen que enfrentarse a problemas con fuerza, humor o talento. Hay algo en la vulnerabilidad de muchos personajes clásicos y modernos». personajes (Tracy Beaker, Harry Potter, Lyra Belacqua, Greg Heffley) te hacen apoyarlos», dice.
Mosser cree que la falta de adultos responsables en la vida de Matilda también hace que los niños se involucren con ella. De hecho, muchos de los héroes y heroínas infantiles más populares comparten este tropo: o tienen padres indiferentes o ausentes, o son huérfanos. «No hay un padre directo, lo que casi implica que su amor está condicionado a que seas la persona que ellos quieren que seas. Siempre hay alguien que desaprueba y eso es mucho más fácil de tratar».
En opinión de Mosser, la autora de Tracy Beaker, Jacqueline Wilson, es la autora más grande que falta en la encuesta. «Es adoptada por los niños que no quieren ese final mágico para una historia porque sus vidas han sido difíciles. Una de las razones por las que comenzó a escribir es que Matilda es la versión de fantasía de esa vida y, sin embargo, conocía a personas que realmente eran creciendo en hogares difíciles y sintió que eso no estaba en los libros».
«Los libros son un lugar seguro para que los niños exploren ideas y piensen en cómo responderían a situaciones peligrosas o emocionantes, y a través de personajes clásicos pueden vivir todo tipo de vidas potenciales», dice Hurt. Cuando era niña, su héroe y heroína favoritos eran Wilbur y Charlotte de Charlotte’s Web. «Me encantó la valentía y determinación de Wilbur y el humor sereno de Charlotte», dice.
Esas son características que aún están presentes en los héroes y heroínas de hoy. A los niños siempre les va a encantar el desvalido valiente. Alguien que es un poco poco convencional pero aún amable, compasivo y sin miedo a enfrentarse a los opresores, ya sea el acosador de la escuela o los adultos irrazonables. Como dice Moser: «Creo que de alguna manera eso no ha cambiado. Son solo las historias en las que lo están haciendo».
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