? Con las vacunas regaladas e inoculadas por lo bajo el laboratorio chino Sinopharm aseguró su venta y logró que desde el gobierno del Perú se saboteara cualquier otra compra. Por eso se petardeó la negociación con Pfizer aduciendo “un asunto de soberanía”. La cárcel debe esperar a los implicados.
La vacunación en secreto a una larga lista de personajes, entre funcionarios de alto rango, políticos, diplomáticos, médicos, empresarios, consultores, lobistas y otros, es el hilo de la madeja de un trama montada para favorecer al laboratorio chino Sinopharm en la carrera vertiginosa por la compra de vacunas contra el coronavirus.
A través de la entrega irregular de 3,200 dosis adicionales de su vacuna experimental, Sinopharm consiguió que el gobierno de Martín Vizcarra le concediera la prioridad absoluta en la compra de los fármacos, por encima de otros laboratorios internacionales, como Pfizer/BioNtech, según indagaciones realizadas por este semanario en el Ministerio de Salud (MINSA) y la cartera de Relaciones Exteriores.
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