Primer actor participa en ‘Casa de Muñecas’, obra que desviste el machismo secular, hasta el 31 de julio en Campo Abierto.
Reynaldo Arenas es imponente. No solo su rostro, sino también su cuerpo completo, su voz grave y su expresividad, han dado vida –en el cine y en el teatro– a personajes como Túpac Amaru, César Vallejo y el Señor de Sipán.
Con cincuenta años en las tablas, Arenas ha interpretado a héroes y villanos. Y hoy tenemos la oportunidad de verlo en el papel del Doctor Rank, en el clásico ‘Casa de Muñecas’ del dramaturgo noruego Henrik Ibsen.
La puesta en escena es presentada por la Compañía de Arte Dramático (CAD), con la dirección de Edwar Ríos. Para el elenco y su director, el reto ha sido motivador: colocar en agenda una historia que fue escrita en el siglo XIX, pero es capaz de disparar reflexiones potentes en el siglo XXI.
“Es una obra de 1890, desde allí se empieza a vislumbrar toda una visión muy diferente de la mujer, en cuanto a su posición en la sociedad –reflexiona el actor–. Antes, la mujer sólo se dedicaba a las cosas del hogar y a atender al esposo, no había otra posibilidad; aquí se vislumbra que la mujer puede realizar otras cosas y es capaz de hacerlas bien”.
Es un clásico; fui convocado por Edwar Ríos y acepté porque el Doctor Rank es un personaje hermoso, prácticamente el jerarca de esta familia, el confidente, el amigo de Nora, describe Reynaldo Arenas, luego de explicar que se trata de una obra que tiene mucho verso, buena dramaturgia y excelentes actores. Esta es la conversación previa a una de las funciones en Campo Abierto.
¿Qué sucede cuando nos enfrentarnos a las normas que nos impone la sociedad? Foto: Difusión.
¿Se puede decir que ‘Casa de Muñecas’ está vigente en el siglo XXI?
–Por supuesto, aún más con el tema de la liberación femenina, donde ya no solo vemos a la mujer en la casa: hay abogadas, médicas, científicas, astronautas. El salto de la mujer ha sido enorme, para el bien de la humanidad.
Pero, ¿es una obra feminista?
–No, no. Por el contrario, es una muestra cruda del machismo, es una obra que desviste al machismo.
El teatro es una de las artes que se reactiva con más fuerza después de dos años de pandemia…
–Sí, gracias a Dios. Fueron dos años terribles, no tuvimos ningún apoyo ni estímulo; muchos compañeros han muerto porque les dio el covid y no tenían los medios necesarios para salvarse. Ahora hay un resurgimiento, pero, lamentablemente no hay salas, hay muchos grupos queriendo hacer cosas, pero no hay salas. Hay colas de compañías y te dan, como máximo, 5 o 6 semanas. Algo es algo…
¿Por qué no hay más teatros en Lima?
–Tengo 50 años en esta profesión y el único teatro que se ha construido en ese tiempo es el Gran Teatro Nacional. Es una vergüenza decirlo, pero eso también es a propósito, porque a los gobernantes no les interesa el arte.
¿Y en las regiones?
–En regiones hay buen teatro: Cusco, Ayacucho, Huancayo, Cajamarca. Pero, lo que pasa es que no hay público; las obras se presentan dos días y tienen que levantarlas porque no hay espectadores.
¿El reto es la creación de públicos?
–Exacto. Deberíamos hacer lo que se hizo en el año 50 en París, donde se impuso a todas las compañías dar descuentos de entradas para los obreros y empleados, para que todos vayan al teatro, a conciertos, para que la gente acuda a espectáculos baratos y en espacios grandes.
Aquí, en el Perú, ¿cómo vas a usar el Teatro Nacional si te piden 30,000 soles por día? Tienen que existir líderes que logren que la cultura se esparza. Toda municipalidad debe tener un teatro, para organizar giras, como tiene México. Aquí no hay espacios, tenemos que presentarnos en canchitas de fútbol, en coliseos o en plazas públicas.
Túpac Amaru de Federico García hizo conocido al actor en todo el mundo. Fuente: Youtube FicoPil Películas.
¿Se puede vivir del arte?
–Hay muchos tabúes con respecto a eso. En muchas familias, cuando un chico dice que quiere estudiar arte –no sólo actuación, sino también música, pintura, poesía–, todos le preguntan: ¿Y de qué vas a vivir?
De cierta manera tienen razón porque este es un país que no consume arte, lamentablemente se consume mucha televisión o un teatro sórdido, pueril, chabacano, grotesco, que solo sirve de entretenimiento. El arte no sólo es entretenimiento, tiene como finalidad educar, tiene que entretener, pero también enseñar para descubrir la realidad en que vives.
Yo vivo en Pueblo Libre: el museo para vacío, sólo es visitado por turistas. Los libros son carísimos, la gente no lee. A veces, comprendo a los padres, pero sobre todo creo que el trabajo, la perseverancia y la pasión –cosas que uno le pone a lo que hace– sí sirven.
Yo llevo 50 años dedicado a esta profesión y no me he muerto de hambre. He educado a mi hija, le he dado una maestría, no soy un actor hollywoodense, no tengo una casa con piscina, pero tengo lo necesario para vivir; no tengo un Ferrari, ni una moto Ducati, pero sí un techo, una mamá de 92 años; como mucha comida serrana, me alimento bien. ¿Qué más quiero? Vivo del teatro, son 50 años que vivo como actor.
¿Es la felicidad?
–No, la felicidad sería ver que todos los jóvenes se realicen. Conozco jóvenes talentosos que no encuentran trabajo. Pero creo en lo que decía mi mamá: “La suerte es cuando la preparación y la oportunidad se juntan, tienes que aprovechar la oportunidad y la oportunidad a veces llega y no hay que dejarla pasar”.
A mí me llegó tres veces: cuando la BBC de Londres vino a hacer una película sobre la conquista del Perú y me dieron el papel de Atahualpa. Esa vez yo dije: ¡Qué hermoso! Lo otro fue hacer Túpac Amaru, de Federico García, película que se paseó por todo el mundo. Y hace tres años estuve haciendo un unipersonal, ‘Mi Vallejo, París y los caminos’, obra del dramaturgo chileno Sergio Arrau.
En Europa la gente se queda admirada con la calidad de arte que tenemos; un profesor se paró y dijo: “Después de Dante, el otro gran poeta del mundo es César Abraham Vallejo Mendoza”.
Reynaldo Arenas pide permiso y se retira a los camerinos del centro cultural Campo Abierto. En unos minutos, aparecerá en el escenario convertido en el Doctor Rank, para deleite de un público que lo conoce de toda la vida. Antes de partir, confiesa que hay un par de personajes a los que le gustaría encarnar: Rosendo Maqui o Fiero Vásquez de ‘El mundo es ancho y ajeno’ de Ciro Alegría. Si la oportunidad no se presenta por sí misma, él la buscará.
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‘Casa de Muñecas’ va hasta el domingo 31 de julio en la Asociación Cultural Campo Abierto . Foto: Difusión CAD.
En temporada
– ‘Casa de Muñecas’ va hasta el domingo 31 de julio en la Asociación Cultural Campo Abierto (Federico Recavarren 560, Miraflores). Los viernes y sábados, la función comienza a las 8:00 p.m. Los domingos, a las 7:00 p.m.
– La CAD se inauguró en el 2018, produciendo espectáculos de distintos estilos teatrales, con el fin de que los espectadores puedan encontrarse y cuestionarse a sí mismos y a la sociedad en la que vivimos.
– Acompaña a Arenas un elenco integrado por Lilian Schiappa-Pietra, Jorge Armas Ghersi, Renato Medina Vassallo y Alejandra Campos. Los actores dan vida a personajes intensos con los que el espectador puede identificarse.
Tres consejos para la gente de teatro
- Primero: identidad. Que hagan cosas relacionadas con lo nuestro, que se acostumbren a contar nuestra realidad, por muy dolorosa o triste que sea. “Hay que contarlo todo”.
- Segundo: trabajo. Los actores deben trabajar mucho, a veces, hasta 12 horas sin parar. “El Perú no es Lima, hay que viajar a Ayacucho, Cusco, Huancavelica, donde hay mucha fuente de inspiración”.
- Tercero, disciplina. “Somos un país completamente indisciplinado y eso hay que cambiarlo”.
Próximos proyectos
Reynaldo Arenas quiere llevar la obra ‘Mi Vallejo, París y los caminos’ a todos los colegios públicos. Explica que muchas veces se ha caricaturizado a Vallejo presentándolo como un hombre amargado, algo triste, ateo. “Sin embargo, es todo lo contrario: un Vallejo muy humano, carismático, con un profundo orgullo de ser peruano”. Pensando en un público escolar, se ha reducido la duración de la obra a 45 minutos. Se busca que pueda ser presentada a los escolares de secundaria.
El actor también participa en la filmación de ‘El poeta’, una ficción en la que Vallejo sale de su tumba, regresa al Perú y encuentra un país que ha retrocedido, un Perú relajado, con muchos problemas y con falta de identidad. La cinta es producida por Miguel Pachas Almeyda.
» Entrevista: María Ynés Aragonez
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