» El paracetamol a menudo es el remedio más usado contra el dolor de cabeza. Pero, según un estudio, el analgésico puede afectar al hígago, a nuestra psique e incluso a la tensión arterial.
El paracetamol se usa para aliviar el dolor, también el crónico. Un estudio realizado por la Universidad de Edimburgo evaluó los efectos secundarios de este medicamento.
En el estudio participaron 110 voluntarios, quienes durante dos semanas tomaron un gramo de paracetamol cuatro veces al día. Según el estudio, la dosis habitual para las personas con dolor crónico. Luego recibieron placebos durante dos semanas más. Dos tercios de los participantes toman regularmente medicamentos contra la tensión alta.
El paracetamol, según los resultados, aumentó la tensión arterial más que los placebos. El estudio fue publicado en la revista estadounidense sobre cardiología Circulation.
Sin embargo, no se encontró una relación directa entre el analgésico y el aumento de tensión arterial. El equipo de investigación aconseja, de todas maneras, revisar las recetas de paracetamol a largo plazo en todos los casos. Al fin y al cabo, la tensión alta es un factor de riesgo importante en accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos.
Muchos pacientes desconocen efectos secundarios
Dependiendo de la dosis, el ibuprofeno, la aspirina o el paracetamol se pueden comprar sin receta médica. Muchas personas que toman paracetamol en dosis altas y sin consultar a un medico, suelen desconocer los posibles efectos secundarios.
Según Gerhard Müller-Schwefe, del Centro contra el Dolor y de Cuidado Paliativo en Göppingen, en Baden-Wurtemberg, «el paracetamol puede dañar el hígado, y a los niños en particular se les administra una dosis superior (a la recomendada)».
La dosis correcta es muy importante, porque de lo contrario podría provocar daños hepáticos graves, advierte Müller-Schwefe. «El hígado pasa por un proceso inflamatorio, porque las sustancias de deshecho no se pueden expulsar. Es decir, se produce una reacción inmunológica. Esto origina una inflamación del hígado y cuantas más células hepáticas se destruyan, más dramático es (para el hígado)«.
Si el paracetamol no actúa como se desea, algunas personas simplemente toman una o más tabletas. «Entonces se corre el riesgo de que el hígado sufra una insuficiencia«, dice Müller-Schwefe, haciendo notar el riesgo de la automedicación.
Nuestro cuerpo tiene su propia fábrica antidolor
Dependiendo de la cantidad y la duración de la administración del medicamento, el analgésico puede volverse adictivo. Este actúa en el sistema nervioso central, en concreto en la médula espinal y el cerebro. Esta información se desconoció durante mucho tiempo, explica Müller-Schwefe: «Ahora comprendemos mejor que el paracetamol afecta a un sistema en la médula espinal, responsable del control del dolor«.
Nuestro cuerpo tiene muchos sistemas de dolor diferentes. Uno de ellos es nuestro sistema de endorfinas, el sistema de morfina de nuestro cuerpo. Así que la morfina la produce nuestro propio cuerpo, no se suministra desde el exterior y forma parte de nuestro sistema de control del dolor. En situaciones de crisis, se activa de repente y puede protegernos, porque alivia y reprime el dolor.
Paracetamol puede aumentar la tolerancia al riesgo
Al mismo tiempo, hay efectos secundarios que apenas se perciben: «Emocionalmente no se está involucrado ni positiva ni negativamente en las situaciones», dice Müller-Schwefe.
«Cuando alguien está sufriendo, no se empatiza con ese sentimiento. Cuando alguien está feliz, tampoco«. La persona está blindada internamente. Pero también hay otras conductas que pueden cambiar con el paracetamol: «Se toman decisiones más rápido, pero no se sopesan primero. Se está más dispuesto a correr riesgos«.
Otro estudio de la Universidad de Ohio de 2020 indica que el paracetamol afecta a la conciencia humana y puede incluso cambiar el carácter. También se registraron casos de personas que no mostraron empatía e incluso hirieron los sentimientos de los demás, y tenían menos miedo.
«Hay personas que toman paracetamol no solo para combatir el dolor. También quieren lograr el efecto aislante para no verse afectados emocionalmente, ni positiva ni negativamente. Así que eso definitivamente puede ser una motivación para tomar este tipo de medicamentos con regularidad», sugiere Müller-Schwefe.
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