Se critica a Donald Trump por su agresividad y ánimo disruptivo, pero el hecho es que se impuso en toda la línea al Partido Demócrata.
¿Cumplirá sus promesas electorales o las irá moderando conforme se asiente en la Presidencia del país más poderoso del mundo?
Con Trump al frente de Estados Unidos, al mundo le esperan ajustes y cambios, algunos de ellos drásticos, que transformarán el equilibrio de poderes global. El que Trump centre su política en contrarrestar el ascenso de China en los mercados y en su influencia mundial, será el eje de la geopolítica en los próximos años.
Para analizar estos temas, estamos con Manuel Rodríguez Cuadros, ex ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Castilla, director de Evidenza Instituto, ex ministro de Economía y Finanzas y ex embajador del Perú en Estados Unidos, y Omar Aguapara, secretario general de Transparencia, doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Texas y profesor en la UPC y la Universidad Católica. Muy buenas noches a los tres, es un gusto tenerlos acá. Buenas noches, comencemos.
Manuel, Trump logró un claro triunfo con su estilo autoritario, un discurso cultural no pluralista y su populismo proteccionista. Usualmente, al llegar al gobierno, los ímpetus electorales se apaciguan. ¿Crees que el gobierno de Trump será tan disruptivo como pareciera o permanecerá enmarcado en la normalidad de una democracia liberal institucionalizada como la norteamericana? En primer lugar, yo quisiera señalar que la elección de Donald Trump es justamente una expresión de esa democracia liberal institucionalizada.
Y eso creo que es un dato importante para poder ubicarnos en lo que podría ser una proyección, una prognosis de lo que será su gobierno. Pienso que la elección de Trump responde a problemas sociales, económicos, humanos y de correlación de fuerzas sociales al interior de los Estados Unidos. En política exterior no trae muchas cosas nuevas en relación a la política exterior de Biden.
Lo que estoy diciendo seguro va a causar cierta sorpresa, porque hay la idea de que viene un gobierno absolutamente disruptivo y que las diferencias con Biden son realmente antagónicas. Las medidas proteccionistas que puso Trump a la China, 60% de aranceles, pero también a México, a Japón, a Inglaterra, fueron mantenidas por Biden y fueron incrementadas. Entonces el proteccionismo no va a ser una opción nueva, sino es una continuidad que empezó con Trump, continuó con Biden y ahora se va a incrementar.
Y en el otro punto, el de la inmigración, que son los dos grandes temas que interesan a América Latina, los de carácter global son más complejos y están más alejados de los intereses inmediatos de nuestros países. En relación a la inmigración, los datos estadísticos muestran que durante Obama y durante Biden se deportaron más latinoamericanos que durante el primer gobierno de Trump. La cosa quiere decir esto, que no va a haber cambios, si van a haber cambios profundos, pero esos cambios profundos no son de naturaleza, sino de intensidad.
El proteccionismo se va a incrementar. Creo que se va a gestionar los niveles que se han planteado en la fase electoral, el 20% para todo el mundo, yo creo que eso no va a ir, eso se va a tener que negociar. Y con la China también se van a incrementar y eso dará lugar a negociaciones.
Yo no creo que va a haber una guerra comercial, lo que van a haber son negociaciones muy intensas y un ajuste en el mundo donde quizás lo más importante de Trump ya no sea negativo, sino positivo, porque si se logra detener la guerra en Ucrania y en Gaza, pues eso será positivo, no será negativo. Quizá lo que influya esta sensación de disrupción es el estilo mercurial y histriónico de Trump. Todo lo agranda.
Miguel, el combo de desregulación con disrupción de Trump puede dar resultados. La desregulación a cargo de Elon Musk y Raman Subhami en el nuevo departamento de eficiencia gubernamental, con plazos señalados y recursos amplios, más la liberación de la inteligencia artificial, podrían desatar una revolución productiva. Por el contrario, poner barreras arancelarias a China y al resto del mundo, generaría inflación y más déficit.
¿Cuál es tu balance?
Yo creo, Gonzalo, que en el corto plazo, y de hecho ha habido euforia en los mercados, porque un presidente que permite desregular la economía y bajar impuestos a las corporaciones es algo muy atractivo y hay un impulso inicial. Entonces yo creo que en el corto plazo va a ser positivo. La cuestión es en la medida en que comience a cumplir las promesas.
Y acá hay que tomar en cuenta que no solamente es la Casa Blanca, es el control del Congreso, tanto el Senado, que lo ha retomado y ha mantenido la Cámara Baja. Entonces yo creo que el daño, yo veo esto como en el mediano plazo muy disruptivo y muy negativo al mundo. ¿Por qué? Porque la combinación de una guerra comercial, porque no solamente es que Estados Unidos intente imponer aranceles, sino hay represalias y desgraciación de parte de otros países, eso acaba siendo inflacionario porque simplemente se encarecen todo el comercio internacional y los países, es un impuesto a la exportación.
Y el dólar se fortalece. El dólar se fortalece y eso implica que las tasas de interés se van a mantener elevadas. Por consiguiente, el costo del financiamiento, los proyectos se mantienen elevados y eso obviamente no contribuye al crecimiento económico.
Y lo segundo es que lo que ha prometido también es una política fiscal laxa. Ya de por sí Estados Unidos tiene un déficit fiscal muy alto. El consiguiente deuda producto es 100%.
Hay estimados que indican que de implementarse las reducciones impositivas puede llegar a 150% del PBI, el nivel de deudamiento, para hacer una comparación en nuestro país es 35%. Entonces eso también va a hacer que las tasas se mantengan altas. Entonces, ¿cómo eso nos afecta a nosotros? Creo que es una pregunta bastante importante.
Indirectamente, en el hecho de que el mundo va a crecer menos y eso hace que el precio de las materias primas que exportamos baje, el peso del cobre a futuro va a bajar pese a la transición energética y pese a la mayor demanda esperada y que las tasas de interés se mantienen elevadas. Entonces, hay obviamente otro tipo de riesgos que tienen que ver con amenazas de algunos funcionarios que están ahí en el grupo de Trump que intentan plantear una especie de teoría Monroe, etcétera, que los que están con Estados Unidos son mis amigos y los que están con China, que es mi enemigo, son mis enemigos. Entonces, espero que eso quede en el plano de la retórica porque eso sí podría tensionar la relación pero para que haya una afectación directa más allá de estos efectos indirectos que he mencionado, tendrían que denunciar el acuerdo comercial que tenemos y no creo que el pragmatismo de los americanos vaya a ser derrotado por este discurso incendiario retórico que espero que se comience, como dice Manuel, a tranquilizar un poco a medida que va evolucionando ese gobierno.
Bueno, vamos a tratar de enfocarnos al principio en Estados Unidos y más adelante vamos a pasar a los efectos en Latinoamérica y el Perú. Omar, tal como mencionó Manuel, hay un aspecto bien importante en los anuncios de Trump. Se perfila la deportación de millones de indocumentados fuera de Estados Unidos.
¿Qué implicancias puede tener este proceso sumario?
Bueno, muy disruptivo para lo que puede pasar dentro de Estados Unidos. La reforma migratoria es un tema pendiente desde hace muchas décadas. Creo que hay una población muy grande de gente en Estados Unidos que está siempre sujeta a los cambios de gobierno.
Sabemos cuál es la retórica o cuál es el discurso de Trump respecto a la inmigración. Pero como bien decía Manuel también, hay mucho de continuidad también en algunos aspectos de la política norteamericana. No es fácil mover tampoco tanto, pero sí puede tener un efecto disuasivo.
Es muy probable que aumente el flujo de migrantes, por ejemplo, en estos próximos dos meses, en búsqueda de llegar antes de que asuma Trump, por ejemplo. Y va a haber mucha inestabilidad también dentro de Estados Unidos, donde sabemos que hay un número muy alto de migrantes. Creo que esto alimenta un poco este discurso más nacionalista que tiene Trump dentro de su país.
Es una de sus banderas, sin duda. Construir el muro fue muy fuerte en el primer periodo de gobierno que tuvo. Y es un discurso que resonate incluso entre los latinos que han votado, no de forma mayoritaria, pero han votado, se han llevado a votar por Trump, a pesar de justamente esta retórica más nacionalista.
Lo que vamos a ver es qué tan capaz va a ser. Ha nombrado ya a una persona que promete tener mano dura un SAR o inmigración en su nuevo gobierno. Como dice Miguel también, un factor al favor de Trump es que no va a tener muchos pesos y contrapesos.
Esta vez en el gobierno, a diferencia de su primer gobierno. Porque tiene control tanto de la Cámara Alta como de la Cámara Baja, pero además también de la Corte Suprema. Donde tiene una mayoría de jueces que él mismo ha nombrado.
Creo que fue uno de los presidentes de un solo término que más jueces en la Corte Suprema nombró en su primer gobierno. Entonces tiene muchas cosas a su favor. Hay una preparación evidente para este momento en la tienda republicana o en la tienda de Trump.
Trump se ha rodeado esta vez de gente mucho más leal. A diferencia de la vez pasada, que en muchos casos había una especie de resistencia interna al poder o a las demandas que él hacía. Y eso creo que ya lo estamos viendo perfilándose con los nombramientos bastante polémicos en algunos casos que ha hecho interinamente.
Uno de esos nombres ya precisamente se retiró del supuesto fiscal general. Pero creo que es una señal de que esta vez puede ser distinto. Yo creo que coincido un poco también con Manuel.
Hay mucha continuidad. Lo que termina siendo de repente un hipo es más bien Biden en el 2020. Y la continuidad empieza realmente en el 2016.
Hay algo inusitado que es la presidencia de Biden. Y luego estamos volviendo a la normalidad. Lo que va a hacer Estados Unidos con la elección de Trump.
Y abre un continuo de casi 12 años. Que creo que va a marcar un punto de quiebre también en Estados Unidos y en América Latina en general. Bueno, Manuel.
¿Estados Unidos intenta abandonar su papel de policía mundial? ¿La reducción de la participación de Estados Unidos en la defensa de Europa y en zonas en conflicto en otras partes del mundo podría tal vez conducir a más conflictos regionales o a una carrera armamentista?
Es un tema muy complejo. El de las orientaciones estratégicas de la política exterior que viene en los Estados Unidos con Donald Trump. Y de sus interrelaciones con la China, con Rusia, con Europa y con el resto del mundo.
Lo que yo veo es que los demócratas en los Estados Unidos piensan, y no hago ningún juicio valorativo, piensan y tienen una tradición académica la política exterior norteamericana a partir de sus intereses en el extranjero. De afuera hacia adentro. ¿De acuerdo? Y conscientemente los elementos de la política interna norteamericana no han sido ni son tomados tradicionalmente por los demócratas en la elaboración y ejecución de su política exterior.
En el caso de Trump lo que se da es lo contrario. Se hace un análisis de la política interna, un análisis terminado que puede ser sesgado, que puede ser equivocado, no hago un juicio de valor. Y a partir de esos requerimientos de la política interna se trazan los objetivos de la política exterior.
Entonces no es que los Estados Unidos renuncien a ser la policía mundial, porque tampoco, a pesar de que son la única superpotencia de un mundo unipolar, pueden ya ser policía mundial porque tienen poder pero no tienen potencia, es decir, no tienen la capacidad de adecuar la conducta de los otros estados a sus propios intereses. Netanyahu diciéndole no a 10 iniciativas de Biden es un ejemplo clarísimo, ¿no es cierto? Entonces yo pienso que la política exterior de Trump va a tener efectos ambivalentes. Va a ser a largo plazo mala para la economía mundial e indirectamente mala para todas nuestras economías, eso me parece absolutamente claro.
Va a ser mala para la gobernabilidad institucionalizada de carácter multilateral. Las Naciones Unidas van a estar en mayor crisis, el grupo de los 20, todas las estructuras formales e informales de gobernanza colectiva global se van a debilitar y se va a ir a una gobernanza basada en la correlación de fuerzas, pero con una superpotencia que es la única que no desea gastar dinero en defender los intereses de los otros. Y por eso Trump dice, la OTAN, perfecto, que se financie por los europeos, eso va a debilitar, va a afectar las correlaciones políticas y militares y estratégicas en Europa, lo va a hacer.
¿Los europeos van a querer rearmarse? No necesariamente, yo no creo que vayamos a un proceso de rearme, lo que va a haber es una reestructuración por primera vez después de la Segunda Guerra Mundial de las correlaciones de fuerzas. Por ejemplo, si Trump efectivamente retiene buena parte del financiamiento a la OTAN y se aleja un poco de lo que llama la confusión de los intereses norteamericanos con los europeos, pues Europa tiene que pensar qué va a hacer con su defensa nacional y tendrá que tomar decisiones, que esas decisiones van a afectar al ciudadano porque tendrá que destinar mayores presupuestos. Pero yo creo que no en términos de una carrera de armamento que significaría una competición de dos poderes en vista de un enfrentamiento eventual.
Esa política exterior va a tener efectos ambivalentes, a nivel de las migraciones y asuntos sociales va a ser un desastre porque yo sí pienso que se van a afectar derechos humanos de los migrantes en Estados Unidos independientemente de que se regule. Y para terminar, simplemente lo siguiente. Si Trump, por estas razones de no reconocer los intereses americanos en el conflicto en Ucrania ni en el conflicto en Gaza, a nivel de los requerimientos que le hizo Biden, crea una serie de elementos para que esas dos guerras terminen, pues eso será positivo y nadie lo va a poder negar.
Que se acaben las guerras es un avance desde el punto de vista de la realidad, de la gobernabilidad, de la ética y de la política.
Miguel, has hablado algo de la posibilidad o la eventualidad cercana de que se desate una guerra comercial. Pero hay otro aspecto, ¿no? Estados Unidos ha tenido una balanza comercial deficitaria con China enorme a lo largo de muchos años, lo que ha permitido a China acumular recursos para hacer un gran desarrollo de infraestructura, por ejemplo.
Y Estados Unidos mantiene un nivel de deuda enorme que financia con bonos del tesoro. Y los más grandes tenedores de los bonos del tesoro son Japón y China. ¿Cómo funciona el señoriaje del que tiene el dólar? Esta posibilidad de emitir un bono que te lo compre el mundo entero y no le importa que tu déficit sea mayor que tu producto.
A ver, acá… Eso no está así porque ha ido reduciéndose el peso de, digamos, de los tenedores chinos de los bonos del tesoro de Estados Unidos. Pero acá, Gonzalo, hay que entender el tema de la guerra comercial primero. ¿Cómo entiende Trump? Y justamente en la reunión del APEC yo escuché una definición de Jamie Dimon, el CEO de JP Morgan.
No es que Trump no crea en el comercio. Él crea en el comercio justo. ¿Y qué significa el comercio justo? Es que Estados Unidos no tenga un déficit comercial con su socio.
Entonces, es una versión un tanto curiosa de cómo él ve el comercio. Él no ve las complementariedades, ni mucho menos. Y creo que la primera prueba de fuego se va a ver el 25, el año entrante, cuando se tiene que revisar el acuerdo comercial quizá más importante del mundo, que es el con México y con Canadá.
Porque tiene una cláusula de revisión que justo va a caer ahí y México sí que tiene una integración muy profunda con Estados Unidos. Y de hecho México es el principal socio comercial de Estados Unidos. Entonces ahí vamos a ver si efectivamente esto se da.
Pero yendo a tu pregunta, igual creo que por más que tú tengas un déficit grande y un nivel de endeudamiento muy muy grande, la moneda que va a seguir siendo la reserva de valor va a ser el dólar. Los intentos que han habido de que otras monedas se impongan como la divisa de valor, la verdad es que no han funcionado pese a los esfuerzos de los chinos de posicionar el yuan como tal. Y lo que vamos a tener es una dominancia del dólar.
El oro también hemos visto recientemente que se ha disparado ante todos los temores que hay. Entonces yo creo que el mundo va a seguir financiando el déficit en cuenta corriente. El problema es que puede estar un doble déficit inicialmente, un déficit comercial y un déficit fiscal como tuvo Estados Unidos en el pasado que conllevó eventualmente a un ajuste importante de esa economía.
Yo quisiera retomar un tema más bien aprovechando que tengo la palabra, es que en todos los foros internacionales cuando se refiere al futuro del mundo el tema central es la geopolítica. Es la máxima preocupación que hay porque no solamente es Estados Unidos, sino del otro lado tenemos un conflicto muy complejo y que gente que ha estado en el APEC me contaba es lo que China siente y percibe respecto a Taiwán, cuál va a ser la posición de Estados Unidos en ese conflicto y otros conflictos que hay en el mundo de la geopolítica y eso lo que hace es que incrementa la incertidumbre y la volatilidad en los mercados y eso puede ser una constante del gobierno de Trump. Bueno, dicho eso, Estados Unidos cuando estaba gobernada por este señor optaba por políticas bastante transaccionales, vale decir, va y negocia cuestiones y creo que lo que se debe imponer es una cultura transaccional más allá de lo que ya viene siendo y eso obviamente es contrario a un mundo de reglas, a un mundo multilateral y es lo opuesto.
A mí me parece muy curioso escuchar a los chinos haciendo una defensa cerrada de las reglas de juego internacionales que deben regir al mundo, al comercio, a las finanzas y Estados Unidos, digamos, y se han invertido los papeles. Entonces, dicho todo esto, creo que igual se mantiene el dólar como la moneda fuerte y va a seguir financiando el déficit de Estados Unidos. Bueno, vamos a una pausa y volvemos.
Omar. ¿Jugará la globalización un rol disminuido en los próximos años al influjo del aislacionismo proteccionista de Trump o tal vez adquiera nuevas formas?
Es una buena pregunta. Creo que calza muy bien lo que han estado ya comentando.
Vimos una ola muy fuerte de globalización comentada en lo que significó el NAFTA para la expansión de la globalización, la Unión Europea, todo este ímpetu que vino después de la caída de la Unión Soviética y del Muro de Berlín, pero que produjo también muchos ganadores y muchos perdedores. Creo que esto se reflejó muy bien en el caso de Estados Unidos. Hay un claro efecto de China medido por varios economistas que identifican zonas del país, sobre todo en el Rust Belt, en el cinturón de óxido, donde muchas industrias perdedoras del mundo globalizado dejaron ir trabajadores que terminaron trabajando en servicios y que se convirtieron desde luego en votantes de Trump.
Hablan un poco de cómo es la agenda demócrata o la agenda de los sindicatos que fueron precisamente los más debilitados y ha venido el voto republicano de Trump para recoger ese malestar con la globalización. Si vamos, como se anticipa, a este mundo de aranceles, de proteccionismo, de menor intercambio comercial, sin duda la globalización va a verse disminuida, a pesar también de algunos contrapesos como puede ser la expansión de la inteligencia artificial o del propio crecimiento de China y el rol que está teniendo como socio comercial en muchos países de América Latina, incluyendo el Perú, evidentemente, con el caso del puerto de Shanghai. Yo creo que más que pensar que de repente es una globalización con un nuevo rostro donde también hay ya no tanto una globalización con rostro occidental, sino también con una fuerte influencia de lo que puede significar el espacio que puede llenar China en ese vacío.
Es una globalización distinta, ya no es el consenso Washington, es el consenso de Beijing, viene con reglas distintas, viene con otras características, pero creo que es interesante porque es bien difícil desandar eso, pero creo que va a tomar otro cariz. ¿Dirías el consenso de Beijing o el consenso de Beijing y Washington? Podrían convivir, pero creo que puede ser atractivo para algunos gobiernos porque tiene esa también el tinte autoritario, viene de la mano de estas políticas. Es como decirle al mundo escoge uno.
Sí, para algunos países puede ser atractivo. Poco fuerte. Bueno, Manuel, el poder blando de una gran potencia radica en su capacidad para influir en las preferencias de otros a través del atractivo cultural, los valores en lugar de la cohesión.
Hollywood, McDonald’s, Silicon Valley, encarnan el poder blando cultural norteamericano que ha sido exitoso. Y por otro lado, desarrollar poder blando constituye un enorme reto, casi una obsesión para China. ¿Estaría acaso el poder blando de Norteamérica en retroceso y el poder blando de China en ascenso? Me parece muy interesante la pregunta.
El concepto de poder blando se aplica más hacia sus componentes culturales. Yo prefiero utilizar la categoría… Que viene acompañado de valores. De valores.
Yo prefiero utilizar la categoría conceptual de potencia. El poder es todos los elementos materiales e inmateriales que tiene un país que lo llevan a ejercer una capacidad de influencia pasiva mayor que otros países. Es el poder nacional, ¿no es cierto? La potencia es la legitimidad o la actitud que tiene ese país para utilizar ese poder blando, esa potencia para obtener que los otros tomen decisiones en política exterior o en relaciones económicas o de cualquier tipo conforme a los intereses del primero.
Lo que está pasando es que estamos en un mundo en transición donde existe un solo poder mundial. Es unipolar el mundo. Pero ese mundo unipolar tiene la característica de que esa potencia única está perdiendo no solamente poder sino está perdiendo a mayor velocidad potencia.
Entonces eso produce que en las relaciones internacionales contemporáneas todos los pequeños y mediados estados tengan mayor capacidad de autonomía en sus decisiones en todo orden de cosas desde el orden político hasta el orden cultural porque como no es como en la guerra fría dos zonas de influencia y como es un solo poder pero ese poder no puede alinear a todo el mundo entonces eso se traduce en la capacidad de los estados para tener mayor independencia. Y eso se da por ejemplo pues repito en la cuestión de la guerra en Gaza donde Biden promueve una serie de medidas y fórmulas concretas para unirse al fuego y su principal aliado que no es una superpotencia ni una potencia le dice no. Y ese no prevalece sobre la capacidad de la única potencia unilateral del mundo.
Entonces lo que yo veo es que estamos en un mundo en transición y en ese mundo en transición tenemos una potencia emergente que es la China pero que solamente para que equipare a los Estados Unidos en el ámbito económico necesitará 50, 60 años. Entonces no estamos hablando de una sustitución de un poder a otro inmediato sino de un largo periodo de transición y en ese periodo de transición lo que vamos a tener es que efectivamente la China va a ir ganando no solamente más poder sino también más poder blando por ejemplo, Chang Kai y los Estados Unidos van a ir perdiendo más poder y sobre todo más poder blando. Las consecuencias que va a tener en el mundo entero las políticas y la manera la forma como se van a ejecutar esas políticas de manera previsible en materia de inmigración en los Estados Unidos lo que va a hacer es va a afectar más aún el poder blando porque entonces la primera potencia que funda su estructura y sus valores en la libertad y en la democracia va a terminar violando masivamente los derechos humanos de quienes? De los trabajadores migrantes.
Como prohibir el sueño americano ya no es para todos. Ese es otro punto. Es muy serio esta situación.
Miguel, la rivalidad con China como eje de la gestión Trump puede resultar bastante disruptiva considerando que China ha desarrollado una infraestructura. Imagínense por ejemplo su red de trenes de alta velocidad supera los 45.000 kilómetros de vías y une todo el país y es un inmenso país. Y además porque está logrando una creciente competitividad que presumiblemente colocaría a Estados Unidos en desventaja.
Esto habla de 50 o 60 años pero a la velocidad que se mueven las cosas en el mundo actual podría eso reducirse. ¿Podrá Estados Unidos contrarrestar a China en esta especie de lucha de titanes? Creo que es una… Es complejo y va a ser más complejo tener que poner a los países a escoger entre uno u otro. Ahora, creo que si uno ve las cifras en el Perú en el flujo China se ha convertido en el principal socio fuente de inversión en el país.
Fuente: 4 a la L / Gonzalo Prialé
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