→ Caminaba por la bajada de San Lázaro, el ingreso al Rímac, cuando observé que la gente volteaba y comentaba al paso de un ciclista al que muchos saludaban..
Me explicaron que es el padre Castillo, el nuevo arzobispo de Lima que reemplaza a Cipriani.
El padre Castillo, un cura diocesano, sigue atendiendo la parroquia de San Lázaro, de la que él es párroco.
Como siempre lo ha hecho, se desplaza en bicicleta pues no tiene automóvil, ni chófer, ni guardaespaldas y al parecer no utilizará tampoco ni el auto de lujo ni el personal de servicio que apoyaba a Cipriani.
Me produjo una simpatía inmediata su actitud y una demostración de los nuevos tiempos que empieza a vivir la Iglesia Católica de Lima, un cura «con olor a oveja» como ha pedido el Papa Francisco. A mi, que soy agnóstico, el padre Castillo me conmovió con esta demostración de sencillez y austeridad
¡Qué diferencia con el soberbio y ostentoso Cipriani! {Opus Dei}
» Nelson Coronel »
24 de febrero a las 21:13
Foto / Video Jorge Raul Pizarro Pacheco
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