¡AFRICA LIBRE! la historia que no te contaron

Hay una perspectiva sobre la historia de África que, prácticamente, en ningún colegio de Occidente enseñan.

¿Por qué?

Occidente llenó de sangre la historia para alimentar su ambición, y luego llenó de mentiras, con tinta, los libros de historia para lavar su imagen.

A bastantes personas les sorprende que en África pueda existir algún grado de simpatía o afinidad con Rusia, y enseguida se ponen creativos y achacan esa actitud a la infaltable injerencia rusa, o bien, a alguna operación de manipulación mental dirigida desde Moscú.

Sin embargo, hacemos un breve repaso histórico. A los africanos les sobran los motivos para mirar hacia Rusia de la manera en que lo hacen. Tantos, o más motivos, como los que tienen para mirar como miran a Occidente.

Inicialmente, a los ojos de Europa occidental, África no era más que un lugar de paso en la ruta hacia las Indias Orientales.

Desde finales del siglo XV, los portugueses establecieron varias colonias y, poco después, el continente fue convertido por las potencias europeas en un mercado a cielo abierto de seres humanos

en el que buena parte de la población africana fue esclavizada y llevada por la fuerza hacia otros territorios, principalmente a América.

Poco a poco, todas las potencias euroccidentales se fueron metiendo en África con tanto afán, que empezaron a pelearse hasta entre ellas mismas.

Así, para evitar mayor derramamiento de sangre (o, mejor dicho, evitarlo en el caso de la sangre blanca) en 1884, se celebró la Conferencia de Berlín en la que estuvieron presentes las grandes potencias europeas

y una muy representativa presencia de delegados africanos, con voz y voto, que… ¿Se lo creyeron? Obvio que no hubo delegados africanos, solamente europeos y una representación estadounidense, que decidieron cómo había que repartir el pastel africano entre franceses, ingleses, alemanes, belgas, portugueses, italianos y españoles.

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