Miles de dólares para la Campaña de rePRESTIGIO APRISTA

• La escenografía aprista, la corrupción de sus dirigentes y… la austera y digna vida de su fundador: Víctor Raúl Haya de la Torre.

Las pobrezas de Haya de la Torre

UN TEXTO DE VÍCTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE
En el imponente documentario titulado “Haya por Haya”, editado y compilado por el escritor aprista Guely Villanueva Díaz, aparece esta carta que VÍCTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE le escribe a LUIS ALBERTO SÁNCHEZ.
La histórica comunicación fue escrita en Amberes, Bélgica, a principios de 1955.
Es una de las tantas pruebas de las pellejerías que hubo de pasar el hombre que fundó el Apra, fue perseguido por décadas y tuvo que vivir con las justas y a salto de mata. La corrupción absoluta que llegó con su autoproclamado sucesor acentúa el dramatismo de este testimonio.

«Yo ahora no tengo más renta segura que los 40 dólares que El Tiempo me paga por artículo. Nada más he recibido hasta hoy sino ofrecimientos. O tempo de São Paulo acaba de nombrarme ostentosamente su personero, pero no creo que pague más de veinte dólares. Diez ofreció pagar Novedades de México y Revista de América. Pero todo, como lo de Bohemia hasta hoy no llegó. A mí la U. de Montevideo no me pagó nada.
El Parque Hotel me costó 200 dólares en 42 días. No me cobraron el hospedaje pero sí los desayunos y aguas minerales. De los que recibí de Life [por reportaje en 1954) pagué: mi pasaje México-Montevideo, los 200 dólares del hotel más los 500 del pasaje a Europa. Total 1,400. Vine ya pues cojeando. Aquí no he recibido hasta hoy sino 500 de El Tiempo.
He ordenado en México vender mi Enciclopedia y he escrito para algunas revistas escandinavas, amén de que me pagarán conferencias ahora que volveré a Estocolmo y Copenhague.
Pero todo se acaba y por eso no te extrañes [Luis Alberto Sánchez] que busque medios para vivir sin indignidad. Lo triste es que aquí se puede ganar a condición de quedarse y contratarse. Tengo muy buenas ofertas hasta de mil dólares al mes, pero a base de cinco años. Más, tengo un plan de una agencia de informaciones que contaría con gran apoyo y que me daría mínimo 1,200 dólares de renta mensual, a condición de quedarme.
Lo importante es que estos prospectos garantizan la vida y renta hasta la muerte y lo liberan a uno de la terrible miseria. Yo no puedo ir a América porque me costaría lo que me costó México o el Uruguay.
Yo en México tuve que aceptar casa gratis, ofrecida por mi viejo amigo Almazán, quien me dejó un departamento suyo en Reforma. Si no, hubiese tenido que soterrarme en San Miguel [de Allende] o dormir en un mismo dormitorio con Manuel Vásquez como fue al principio. Y yo ya no sé vivir así.
En México gasté y gasté, en Montevideo gasté y gasté. En ninguna parte gané nada. Siquiera en Europa he comenzado a ganar, a vivir como yo sé vivir aquí como en mi casa. Y si me voy a Escandinavia, tendré trabajo, seguridad y paz hasta mi muerte, que no creo tampoco muy lejana.

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