EL AUGE DE LA ULTRADERECHA,
en tiempos de anti política, vaciamiento democrático y normalización de la mentira
– conferencia de Elvin Calcaño Ortiz, en la Universidad Rafael Landívar de Guatemala.
El conferencista inició su presentación compartiendo su amplia experiencia en asesoría política y académica, dejando clara su postura: la neutralidad en política es un mito. Subrayó la importancia del rigor y la metodología en el análisis político, diferenciando claramente entre análisis conceptual y fáctico. Explicó que el análisis conceptual se enfoca en el «deber ser» y los ideales, mientras que el análisis fáctico se centra en los hechos políticos y las correlaciones de fuerza. En este punto, destacó una problemática latinoamericana: las izquierdas ganan elecciones, pero a menudo no logran el poder debido a factores estructurales.
A continuación, el conferencista estableció una distinción crucial entre derecha y ultraderecha. La derecha tradicional se asocia con el liberal conservadurismo, la libertad negativa y una visión limitada del Estado. En contraste, la ultraderecha, surgida en el periodo de entreguerras en Europa, radicaliza el reaccionarismo, oponiendo libertad a democracia y promoviendo el disciplinamiento económico y la jerarquización social.
El expositor trazó un recorrido histórico, mostrando cómo el liberalismo se alejó de sus raíces republicanas, adoptando un lenguaje de derechos y priorizando la economía. Mencionó el desmantelamiento del pacto entre capital y trabajo, el derrumbe del comunismo y el vaciamiento del imaginario democrático. Todo esto, dijo, condujo al establecimiento de una racionalidad neoliberal que economiza todo y valora la desigualdad.
En el tiempo presente, observamos el auge de la antipolítica, que rechaza la política desde valoraciones económicas y moralizantes. Las redes sociales juegan un papel crucial, concentrando riqueza e influencia y promoviendo la confirmación de creencias. Las identidades políticas se forman a partir de estímulos compartidos, y los marcos comunes de referencia se desvanecen.
El conferencista argumentó que el panorama político actual se ha derechizado, obligando a las izquierdas y sectores moderados a justificar constantemente sus programas. Los flujos digitales favorecen los mensajes de la ultraderecha, que apelan a las emociones y capitalizan el malestar. La antipolítica de clase media se ha convertido en un foco de ultraderechismo, expresando una negatividad hacia lo colectivo.
El marco democrático liberal, según el expositor, resulta insuficiente, ya que es producto de una hegemonía política y no de una evolución moral. Los liberales han priorizado la defensa de la propiedad sobre la democracia, y hoy, la ultraderecha representa la principal amenaza.
Para salvar la democracia, el conferencista propuso cuatro puntos clave:
∞ articular la economía a la ∞ democracia, garantizar la ∞ pluralidad mediática, regular la influencia de los algoritmos y ∞ limitar la capacidad de enriquecimiento de empresas e individuos.
Finalmente, el expositor respondió preguntas sobre diversos temas, como la relación entre el fracaso de gobiernos de izquierda y el auge de la ultraderecha, el rumbo de Estados Unidos, el conflicto Rusia-Ucrania y la hegemonía cultural. Subrayó la importancia de recuperar el debate de ideas y conectar el trabajo académico con los espacios de opinión pública.